Como todos sabemos, la vitamina C es fundamental en una dieta saludable. Desde pequeños nos animan a beber zumos de naranja para merendar alegando la cantidad de vitaminas que tienen y que se escapan como no los bebamos al segundo de haber exprimido las naranjas, una hábil estrategia de nuestros progenitores y no un hecho comprobado científicamente; pero funcionar, funciona, ¿a que sí?
Sin embargo, aunque se trata de una vitamina famosa desde nuestra más tierna infancia, en general desconocemos en profundidad qué beneficios aporta al funcionamiento de nuestro organismo.
¿Cuáles son las propiedades reales de la vitamina C?
- Favorece el desarrollo y crecimiento de los niños y adolescentes. Ayuda a metabolizar el hierro y fortalece los vasos sanguíneos. Por ejemplo, gracias a este nutriente se evitan hemorragias en las encías.
- Tiene un gran poder antioxidante, es decir, protege las células de los radicales libres que se encuentran en el ambiente. Al prevenir la aparición de procesos degenerativos en nuestro cuerpo, la vitamina C es una perfecta aliada en la lucha contra el cáncer.
- Es necesaria para la síntesis del colágeno (presente en tendones, ligamentos y huesos). Facilita la cicatrización de heridas y previene posibles daños en la piel como los hematomas que se producen en caídas o golpes y el envejecimiento de la piel debido a una prolongada exposición al sol.
- Aumenta las defensas y estimula la actividad del sistema inmunitario. En este punto hay que aclarar que el mito de que la vitamina C nos ayuda a no coger resfriados o gripes es falso: aunque es cierto que evita infecciones y facilita la absorción de otros nutrientes y vitaminas, no por ello debemos bajar la guardia en la época invernal, ya que su potencial contra una gripe es irrelevante.
- Tiene un efecto anti-estrés demostrado, ya que reduce los niveles de cortisol, hormona producida por la glándula suprarrenal que se libera en situaciones en que nuestro cerebro advierte peligro, emergencia o estrés.
¿Cómo conseguimos estos beneficios?
Para conseguir todos estos beneficios, debemos incorporar a nuestra alimentación la suficiente “dosis” de vitamina C, que se puede obtener de manera natural a través de los alimentos, sin necesidad de adquirir suplementos vitamínicos. Los cítricos son sus principales portadores: la naranja es la más rica en vitamina C, pero también se encuentra en otras frutas como mandarinas, limones, pomelos, fresas, kiwis o uvas. Otra clase de alimentos que la contienen son las verduras (pimiento rojo, brócoli, col verde o espinacas, por ejemplo), las carnes (hígado o embutidos), los pescados y los productos lácteos.
Para calcular cuánta vitamina C necesitas tienes que analizar previamente tu situación clínica. Si tu salud es buena y no presenta ningún problema, debes saber que la cantidad mínima de vitamina C recomendada para un adulto son unos 60-80 miligramos diarios. Una sola naranja al día ya te aportará esta cantidad (o, en su defecto, un equivalente, como pueden ser tres mandarinas). Por supuesto, no hay problema en que ingieras una cantidad mayor siempre que no sea exagerada, ya que, como todos los excesos, son negativos para la salud (en este caso, la respuesta más habitual sería una diarrea ligera).
Con toda esta información, desde Naranjas Tradicionales te animamos al consumo diario de estos cítricos por sus importantes beneficios para la salud y a que los incorpores en tu dieta si aún no estaban muy presentes. En nuestra tienda online encontrarás una gran variedad de naranjas, mandarinas y limones para que elijas a tu gusto y descubras nuevos sabores, siempre con la confianza de saber que son de producción propia y de origen valenciano. ¡100 % saludables!