Hay que comprar con cabeza
Como consumidores nos enfrentados a diario a retos que pueden llegar a marcarnos. Sobretodo cuando vamos a comprar alimentos es muy importante que aprendamos a tomar la decisión adecuada, pues de ello depende tanto nuestra economía como incluso nuestra propia salud. Es por eso que tenemos que prestar mucha atención a cómo compramos, no tanto por el precio que pagamos por los alimentos sino también por el producto que vamos a obtener a cambio.
Por ejemplo, la procedencia es importante a la hora de decidirnos por uno u otro alimento. Para comprar naranjas de Valencia es siempre la primera comunidad en al que se piensa, sobre todo debido a la fama que tienen las naranjas que allí se cultivan, las cuales se venden a todo el mundo y de cuya actividad dependen en gran medida un buen número de familias. Y aunque es muy probable que encontremos a un menor precio naranjas de otras procedencias que tampoco tienen por qué ser de peor calidad es muy probable que una naranja valenciana sea la preferida si a uno le dan a elegir.
Pero que una naranja venga de Valencia no significa que se tenga que pagar un precio mucho más alto que por una naranja traída de otro lugar, sobretodo si se busca bien y se toman las decisiones adecuadas, para lo que Internet se está convirtiendo en una herramienta de mucha utilidad.
Comparando en línea
Uno de los grandes atractivos que tiene Internet es la rapidez con la que se pueden hacer comparaciones. Incluso se puede estar visitando un gran número de tiendas a la vez y sin moverse de casa, lo que facilita mucho hacer comparativas de precios entre productos, además de otros aspectos como la calidad y hasta las condiciones de compra.
Supongamos que nos hemos decidido como lugar para comprar naranjas de Valencia por las razones que hemos mencionado anteriormente. En tal caso es posible encontrarnos con una cantidad de páginas en las que se venden a muy distinto precio naranjas procedentes de los campos valencianos. ¿Cómo elegir la tienda adecuada? No bastará únicamente con mirar los precios de las cajas de fruta y coger la más barata, sino que hay otros muchos factores que pueden determinar el lugar en el que hacer la compra.
Es importante tener en cuenta para qué vamos a utilizar las naranjas, pues no es lo mismo si queremos unas naranjas de mesa o para cocinar que si las queremos para hacer zumo o mermeladas. Teniendo esto en cuenta también podemos saber que no todas las naranjas tienen el mismo precio, por lo que unas naranjas más baratas no significa que sean mejores que otras, sino que muy probablemente sea porque se utilizan para otras cosas, y si no es para eso para lo que las queremos, acabaremos decepcionados. Por ejemplo, puede que unas naranjas de mesa sean jugosas y grandes, pero tengan una cáscara más gruesa que las de zumo y además su carne no tenga tanto jugo, de modo que al ponerlas en el exprimidor nos encontremos con que su rendimiento es muy bajo, mientras que una naranja de zumo puede ser un poco más pequeña y tal vez menos vistosa y si la queremos morder acabemos completamente llenos de jugo de naranja. Lo mejor es pensar primero en el uso que le vamos a dar y después decidirnos por el tipo de naranja adecuado para este. Entonces será cuando podremos hacer comparaciones de precios y decidirnos por una u otra tienda.
Una de las ventajas que nos ofrece comprar en Internet es la posibilidad de hacerlo directamente a los productores. Cada día son más las empresas familiares que prefieren vender sus productos directamente al consumidor final, y eso repercute en aspectos como la calidad de los alimentos que uno recibe en casa, pues se eliminan determinados productos y algunas prácticas que se utilizan para hacer que duren más, como recoger las frutas antes de que maduren del todo y guardarlas en cámaras hasta el momento de la venta o aplicar una capa de cera a estas para que tengan una apariencia más brillante y atractiva para el ojo ciando se colocan en el mostrador del mercado.
Tal vez el mayor inconveniente que tiene comprar directamente al productor es que no se pueden conseguir fuera de temporada, de modo que si te apetece una naranja en una época en la que no hay fruta madura tendrás que conformarte con recurrir a los productos de invernadero. Lo mejor es esperar y comer las cosas en su momento justo.